“El día que extrañó al mundo”
Autor: Luke Spear
El día 2 de diciembre del año 2009 los científicos del CERN, el Centro Europeo para la Física de Partículas, estaban reunidos en la sala de control del LHC, el Gran Colisionador de Hadrones. Al fin había llegado el día del gran evento, ya habían intentado llevar a cabo el experimento en varias ocasiones, pero en las 3 pruebas tuvieron fallos graves con el sistema de refrigeración. El objetivo del experimento era estudiar más a fondo la física de las partículas, querían poner a prueba el Modelo Estándar que rigió durante casi cuarenta años. Esto lo harían haciendo colisionar protones, una de las partículas más pequeñas del mundo que nos rodea, que forma parte del átomo, los ladrillos de la existencia. La colisión sería monitorada por una red de ordenadores que se extendía alrededor de todo el mundo, utilizando la tecnología más avanzada del momento para ver el momento del choque, almacenando cantidades inimaginables de información. Solo les quedaba pulsar el botón.
Un silencio recorrió la sala cuando se levantó Álvarez Gaumé, de nacionalidad española, era el director del departamento de física teórica y había sido elegido para iniciar el experimento, que pasaría a formar parte de los libros de historia y ciencias.
- Bien, señores, ha llegado el gran momento y seguro que estáis todos de acuerdo cuando os digo que no existe fallo posible a esta altura del proceso –. dijo Álvarez Gaumé, hablando en inglés, claro.
- Gracias por todo vuestro trabajo señores y señoras, sin vosotros esto no sería posible -. dijo Rolf Heuer, director general del CERN, dirigiéndose al público.
- ¡Hoy haremos grandes cosas! -. gritó John Ellis, físico teórico de la CERN, con una gran sonrisa dibujada en su rostro.
- Y sin más detenimiento, iniciemos el experimento -. dijo Gaumé, alzando la mano, y dejándola caer sobre un gran botón rojo que tenía delante.
De nuevo dominaba el silencio en la sala, y todos dirigieron la vista a la pantalla que cubría completamente la pared del fondo de la sala. Escucharon el ruido de la monstruosa máquina trabajando, y esperaron pacientemente a que se mostrara en la pantalla la colisión, aumentada millones de veces más de lo perceptible por la vista humana. De solo ver la colisión no podrían obtener ninguna conclusión, esto llegaría más tarde, después de una investigación profunda, pero el momento era emocionante.
Después de un tiempo la pantalla se encendió, mostró la colisión a una velocidad, que, como la imagen, había sido reducida también millones de veces. Después de unos momentos donde todos prestaban gran atención a la pantalla, cuando la colisión había acabado, se inundó la sala de gritos de alegría. Los científicos saltaban de alegría, habían conseguido llevar a cabo el experimento, ahora tendrían mucho trabajo analizando las grandes cantidades de información almacenada del experimento.
De repente todos volvieron a dirigir la vista hacia la pantalla, un gas blanco estaba saliendo de un punto fijo en el vacío del LHC, un punto que no comunicaba con el sistema, estaba suspendido en el espacio. Pasados unos segundos el gas se disipó, todos se miraban en la sala, habían vuelto a quedarse en silencio.
Han pasado diez años desde que empecé a estudiar la información adquirida en ese experimento, y aún no he averiguado qué era ese gas misterioso, que no dejó rastro en el LHC, al parecer desapareció de nuestro mundo. Los otros científicos y yo estamos trabajando duramente para encontrar resultados, ya hemos expuesto varias teorías nuevas, y hoy será nuestro día de gloria.
Estamos reunidos en la misma sala, donde diez años atrás se vio por primera vez ese extraño gas que tanto debate ha creado en el mundo científico, que tanto trabajo me ha llevado estudiar. Ya he formulado muchas posibles hipótesis sobre ello, ninguna aceptada por el mundo científico, y espero que hoy se descubra que tengo razón.
Esta vez pulso yo el botón, sí, así será. Todos me están mirando, vamos a empezar ya, me estoy poniendo nervioso. ¿Digo algo antes de empezar? Sí, mejor.
- Señores y señoras, hoy vamos a cambiar el mundo. Empecemos.
Tres, dos, uno. ¡Ya está! Lo he pulsado, ahora solo tengo que esperar. Todos estan observando la pantalla ya. En unos minutos se confirmará mi teoría, eso espero. Ahora se está realizando el mismo experimento que hace diez años, solo que esta vez he encontrado una manera de contener ese gas misterioso, un contenedor formado por átomos de hidrógeno que he podido manipular con un complejo sistema de poderosos imanes. Se formará el contenedor alrededor de la colisión y se desplazará hacia otro punto en el espacio, donde creo que podremos mantener el gas.
¡Ya está en la pantalla! Por lo que veo todo fue bien durante la colisión. ¡Se ha vuelto a formar el gas! Perfecto, mi barrera de átomos de hidrógeno se está formando alrededor, es tan denso que no debería dejar escapar ni un solo quark. El contenedor ha desaparecido de la pantalla, ha salido fuera del alcance de la cámara, algo esperado. Cambia la imagen en la pantalla, estamos viendo el contenedor de átomos de hidrógeno, se ha desplazado hacia mi laboratorio, todo bien. Corro a mi laboratorio, ahí tengo la maquinaria necesaria para confirmar mi teoría. Me siento ante mi ordenador y ejecuto la programación que creé un año atrás.
¡Qué maravilla, ha salido mejor de lo que me esperaba! Empiezo a dar botes de alegría por mi laboratorio. ¡He conseguido crear y contener materia oscura! Está desprendiendo enormes cantidades de energía sin consumirse. Ningún científico ha podido estudiar materia oscura hasta ahora, me merezco un Nobel. Con esta energía se puede alimentar al mundo entero, podremos viajar a otros sistemas a velocidades cercanas a la de la luz. Éste descubrimiento marcará un gran paso para la humanidad.
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